La sanidad y las bendiciones sobreabundan en mi vida tras conocer al Dios vivo
Hermana Uh Munghuh Toyah (53 años, Iglesia Manmin de Mongolia)
Hermana Uh Munghuh Toyah (en el centro), su esposo y su madre juntos sonriendo.
En el año 2004 acepté al Señor Jesús pero no logré entender el verdadero significado de la fe cristiana. Leía la Biblia y muchos libros religiosos que se decía eran buenos para el crecimiento de la fe, pero mi corazón permanecía angustiado y vacío, nada me satisfacía entonces.
Lo peor fue que yo padecía de Hepatitis C y artritis, razón por la que me deprimí mentalmente. Empecé a beber hasta embriagarme, y esto ocurría muy a menudo. Mi hijo de 20 años empezó a desviarse por el mal camino y yo me vi sobreabrumada con la idea de que Dios jamás me perdonaría en lo absoluto.
Escuché el mensaje del Dr. Jaerock Lee y fui testigo de las obras poderosas de Dios por medio de él.
En marzo de 2010 la madre del Misionero Batzorig, ministro de la Iglesia Manmin de Mongolia, me compartió el evangelio y me invitó a la iglesia. Cuando escuché el mensaje del Dr. Jaerock Lee vía satélite en la iglesia, fui conmovida en gran manera. Por medio de la explicación del Dr. Lee en sus mensajes, yo entendí fácilmente partes de la Biblia que no había podido entender mediante los mensajes de otros predicadores y muchos libros religiosos.
No obstante, asistía al Servicio dominical de adoración solo dos veces por mes ya que tenía que ganarme la vida y por otras razones personales. En septiembre mi enfermedad de Hepatitis C se agravó y al siguiente mes mi abdomen se inflamó mucho por la retención de líquidos. Esto me causó un letargo muy serio y todo mi cuerpo se hinchó. El doctor me advirtió de la posibilidad de desarrollar cáncer de hígado y me sugirió la hospitalización para recibir un tratamiento médico. Pero debido a que había visto y escuchado acerca de los muchos casos de sanidad manifestados por medio de la oración del Dr. Jaerock Lee, yo realmente anhelé recibir sanidad por medio de la fe en Dios y la oración sin tener que acudir a una cirugía.
Sanada de grave Hepatitis C tras arrepentirme de mis pecados con lágrimas y oración con fe
Asistí a las Reuniones consecutivas de oración de Daniel de dos períodos, las cuales empezaron el 11 de octubre de 2010. Ofrecí un voto de oración a Dios con mi corazón lleno de anhelo por recibir una respuesta y guardé el Día del Señor como un día santo. Recordé las lágrimas de lamento del Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee así como su amorosa amonestación a los creyentes a no cometer pecados. Yo me arrepentí de mis pecados con lágrimas y gemir.
Me arrepentí por completo por no haber vivido una vida de creyente de manera adecuada los últimos siete años desde que acepté al Señor; por el contrario, entablé amistad con el mundo y disfruté del tabaco y del alcohol. Luego de esto todo mi cuerpo se calentó con el fuego del Espíritu Santo y mi abdomen hinchado volvió a la normalidad.
Acudí al hospital para un chequeo médico el 18 de octubre de 2010 y el resultado demostró que el virus de Hepatitis C había desaparecido y que el hígado estaba completamente restaurado. El médico dijo: "La Hepatitis C es una enfermedad incurable. ¡Es sorprendente ver que usted ha sido sanada!". Además fui sanada de la artritis de la que padecí por tres años, así como del mal funcionamiento de mi corazón que se había debilitado. ¡Ya no necesitaré acudir al hospital!
Mi familia fue evangelizada y se llenó de gozo
Después de esto muchas cosas hermosas han sucedido en mi hogar. Cuando fui sanada, el corazón de mi esposo se conmovió y empezó a asistir a la iglesia. Él fue sanado de una hernia de disco intervertebral y logró caminar correctamente. Mi hijo no había logrado perdonar a su padre anteriormente, pero cambió y llegó a entender y perdonar a su padre.
Me siento muy feliz por lograr estar en paz con mi madrastra. Yo solía odiarla y llevé una vida dolorosa por mucho tiempo porque no podía perdonarla de corazón; pues ella no me permitía visitar a mi padre, luego él murió y nunca más pude volver a verlo. Mi odio hacia ella causó que me regocijara cuando se enfermaba y que me entristeciera cuando ella prosperaba y era sanada. Pero un día, mientras oraba escuché al Espíritu Santo diciendome que debía perdonarla, así que me arrepentí y obedecí, la perdoné de corazón. Ahora todos en mi hogar estamos en paz.
Doy todas las gracias y gloria a Dios el Padre quien me ha rescatado del hoyo de destrucción. Doy gracias asimismo al Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee, quien me ha guiado a poseer un corazón hermoso con el Evangelio de la Santidad.
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