Diaconisa Mayor Haksoon Seo (Presidenta de la Segunda Misión de Mujeres).




Nosotros nos considerábamos y servíamos unos a otros mientras nos esforzábamos por ser fieles al reino de Dios, todo esto mientras atravesábamos pruebas por medio de las cuales nuestra familia pudo llegar a ser más unida en amor y confianza. (A la izquierda, Hermana Soyoung Cho, Diaconisa mayor Haksoon Seo, Anciano Ilgon Cho, y Hermano Bumseok Cho).


En diciembre de 1989 me hice miembro de la Iglesia Central Manmin y comencé a sentir el amor de Dios y llevar una vida cristiana correcta. Por medio de la gracia y bendición de Dios, mi alma prosperó. Se me asignaron muchas tareas, tales como el liderazgo del subdistrito de la Zona 12-2, el liderazgo de un grupo, una misión y el liderazgo unificado de la Misión de Mujeres. Durante este tiempo, el Pastor Principal, el Dr. Jaerock Lee, oró en el nombre de Jesucristo por mi hija Soyoung. Al orar ella fue sanada por el poder de Dios de una infección crónica en el oído medio. Esta obra alentó a mi esposo, el Anciano Ilgon Cho, a llevar también una ferviente vida cristiana.

Su fe continuó creciendo, y en septiembre de 1994 presentó a la Iglesia Manmin el Sistema Telefónico de Respuesta Automática (ARS por sus siglas en inglés) como una ofrenda. Originalmente incluía una oración del Dr. Jaerock Lee por los enfermos y un sermón de 3 minutos grabado en el teléfono. En la actualidad se dispone de los idiomas coreano, inglés, chino y francés llamando al número 82-2-830-5320, pero solo en inglés al número 1-770-554-5679. Por medio de este servicio telefónico de oración, muchos milagros de sanidad han ocurrido en el nombre de Jesucristo. Los milagros incluyen la resurrección de personas que estaban muriendo, la sanidad de quemaduras, recuperación de lesiones por accidentes de tránsito y la sanidad de varias enfermedades. En todo esto Dios ha sido grandemente glorificado.

Dios nos ha permitido cosechar todo lo que hemos sembrado y aún más cosas de las que hemos sembrado. Mi esposo, el Anciano Cho, administró una librería y recibió muchas bendiciones financieras. Nuestros dos hijos han crecido apropiadamente en cuerpo y espíritu por la gracia del Señor, y no tenemos falta de nada. Pero un día algo inesperado nos pasó.


Mi familia se unificó más en fe verdadera

En el año 2002, mi esposo tuvo un deseo muy grande de establecer un gran instituto privado de educación e invirtió una gran suma de dinero para alcanzar esta meta, pero fue estafado del dinero que invirtió. Desde ese entonces, y por varios años, estuvimos sumergidos en grandes deudas de cientos de miles de dólares norteamericanos. Tuvimos que vivir una vida muy apretada pagando la deuda. Habíamos vivido en abundancia por mucho tiempo pero de pronto nos sentíamos muy agobiados porque habíamos caído en dificultades financieras de la noche a la mañana. Pero gracia a Dios esta dificultad nos ayudó a tener la bendición de la prosperidad de nuestras almas y esto nos permitió unirnos más en el Señor.

Mi esposo y mis hijos me animaron a ser más fiel a la obra de Dios, mientras ellos se encargaban de los deberes de la casa. Las dificultades financieras nunca me impidieron cumplir con mis responsabilidades dadas por Dios. Me esforcé en gran manera para cumplir con mis responsabilidades en todo aspecto, aunque me apenaba no poder ayudar económicamente a los miembros de escasos recursos de la iglesia. En ese entonces mi esposo administraba un restaurante de dumplings. Cierto día le dijo a mi hijo Bumseok: "¿Ordenamos una pizza? Pero él contestó: "¡Papi, eso es imposible! ¡Para una porción de pizza, tendríamos que vender diez dumplings!

Mi hija Soyoung tuvo el mismo tipo de corazón que mi hijo Bumseok. Mis dos hijos no se desviaron por el mal camino a pesar de que nuestro hogar no estaba en una buena condición. A pesar de que no tenían que hacer un trabajo laborioso, empezaron a trabajar en empleos a tiempo parcial para obtener la cuota de la matrícula universitaria. También estudiaban arduamente para obtener becas. El monto de la matrícula anual ascendía aproximadamente a 15.000.000 Won (13.000 dólares americanos) cada año, pero ellos mismos ganaban esa cantidad de dinero.


Por medio de las pruebas mi corazón se ensanchó y se transformó en un corazón bondadoso

Mientras atravesábamos por pruebas financieras, pude medir y comprender el corazón de los miembros de la misión que viven una vida pobre, y logré considerarlos aun en las cosas pequeñas. Entonces ya no les preguntaba: "¿Ya almorzó?" sino que en vez de eso les decía: "Vamos a almorzar, yo le invito".

Una noche luego de regresar de la iglesia, mi esposo dijo: "¿Que les parece comer pollo frito para la cena?" Tuve malos sentimientos al ser provoca en lo profundo de mi corazón. Me acordé de tantas cuentas por pagar al siguiente día y le dije a mi esposo: "¡Cariño! Estamos sufriendo mucho para pagar nuestras deudas. ¿Cómo puedes decir algo así? Dije esto de una manera que reveló mis malos sentimientos.

Ya que me esforzaba por servir a los demás con un buen corazón en la iglesia, no podía descubrir formas de falsedad incluyendo el odio y los malos sentimientos. Pero hallé algunas formas de falsedad en mi actitud de servicio a mi esposo, me arrepentí e hice todo mi esfuerzo para cultivar y practicar bondad verdadera, e intentar convertirme en una esposa virtuosa y excelente.

Estuve tan agradecida de que mi esposo no se haya ofendido de mis palabras poco amables, sino que en lugar de eso lo consideró como su error y me dijo: "Si puedes soportarlo un poco más, yo ciertamente cambiaré". Él siempre piensa en un futuro positivo, es por eso que no se daban discusiones entre nosotros y nada lastimaba el corazón de nuestros hijos. Todos creíamos que la prueba se nos había permitido para nuestra bendición, confesábamos todo únicamente con fe y dábamos gracias por todo. Por tanto, durante las pruebas sentimos solo felicidad.


Las bendiciones sobreabundaron luego de entregar una ofrenda prometida y de humillarnos.

En el año 2008 finalmente terminamos de pagar todas nuestras deudas. Yo esperaba que la bendición financiera nos fuera favorable, pero los siguientes dos años fueron iguales que antes. La razón de esto era que mi esposo no había podido entregar una ofrenda prometida ya que la había invertido en su nuevo negocio. Nosotros nos arrepentimos por esto y esperamos en la misericordia de Dios.

En diciembre de 2009, el Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee, expresó su amor por nosotros en lo espiritual y material ya que él comprendía totalmente nuestra situación. Él no había olvidado en lo absoluto que mi esposo ofreció a la iglesia el servicio telefónico (ARS) y que nos habíamos dedicado a la iglesia en muchas maneras. Así que no solo nos animó con buenas palabras sino que nos apoyó con una gran suma de dinero como ofrenda de ayuda. Mi esposo y yo decidimos no invertir ese dinero en el nuevo negocio sino cumplir primeramente con nuestra promesa. Fue entonces cuando las bendiciones sobreabundantes se derramaron sobre nosotros en lo espiritual y material.

Mi esposo dejó su negocio humillándose a sí mismo y pasó a formar parte de una compañía de seguros. Ahora él se encuentra diezmando una cantidad de 1,300.000 won (1.200 dólares americanos) cada mes. Mi hija Soyoung invierte su tiempo leyendo la Biblia, los libros escritos por el Pastor Principal y ofreciendo oraciones para Dios. Cierta vez ella no se había preparado para un examen interciclo, pero pudo concentrarse en partes específicas gracias a la ayuda del Espíritu Santo y obtuvo una calificación satisfactoria. En el año 2011 ella servirá como vicepresidente de la 4ta Misión Universitaria y como líder de alabanza en los Servicios de Alabanza y Adoración de los martes.

Me siento muy feliz y agradecida por el buen padre que ama a mis hijos, los buenos hijos que se esfuerzan en la meta de entrar a la Nueva Jerusalén, por mi Pastor Principal, el Dr. Jaerock Lee, quien nos guía a tener esperanza por el Cielo y a asemejarnos al Señor en oración, y por el Señor, quien me ha dado gozo sobreabundante y felicidad en mi diario vivir.