Diácono Hyuntae Kim
(Iglesia Manmin de Kwangju del Este. Peluquería de Otoño Choi)

Mi hermano mayor me dijo: "Hyuntae, el Cielo y el Infierno en verdad existen. ¡Con sólo ver las diversas señales y maravillas manifestadas por medio del Pastor Principal Dr. Jaerock Lee podemos saber que Dios está realmente vivo!"
Yo ya había meditado en que hay un creador quien hizo los cielos, al igual que la tierra y todo lo que hay en ella, pero cuando mi hermano mayor me predicó el Evangelio con tanta certeza, yo empecé a asistir a la Iglesia Manmin de Kwangju del Este porque quería verlo con mis propios ojos. Esto fue en septiembre de 2007.
El mensaje del Dr. Jaerock Lee fue muy conmovedor para mí. Algunas veces él sonreía, pero otras veces lloraba al dar ilustraciones de bondad y testimonios de los creyentes. Esto permitió que yo pudiera sentir su veracidad, amor y bondad. Desde ese entonces he disfrutado de sus mensajes. Cuando él dijo que "no todo aquel que diga 'Señor, Señor' entrará en el reino de los Cielos", y al describir el Infierno, yo tomé las cosas en serio. Llegué a darme cuenta que solamente aquellos que hacen la voluntad de Dios entrarán al reino de los Cielos.
Desde entonces he tratado de vivir de acuerdo a la Palabra de Dios, y estoy dando mis diezmos completos con gozo desde el primer mes de mi asistencia a la iglesia. Al principio, y por un lapso de siete meses aproximadamente, yo sólo asistía al servicio dominical matutino y luego abría mi peluquería ubicada en el sector central de la ciudad Kwangju. Lo hacía porque no tenía el conocimiento exacto de lo que significaba guardar el Día del Señor como un día santo. Poco tiempo después de comprender esto, empecé a cerrar la peluquería los domingos. No obstante, los ingresos percibidos no disminuyeron, sino que esto causó el crecimiento de mi fe.
Mi peluquería es tan conocida que tenemos muchos clientes de renombre, entre ellos algunos locutores, periodistas, personal y escritores del Sistema de Radiodifusión de Corea (KBS por sus siglas en inglés) y de la Corporación de Radiodifusión de Munhwa (MBC por sus siglas en inglés). Hace tres años fuimos elegidos por MBC como la mejor peluquería de la ciudad Kwangju. En febrero de 2009, mi peluquería estaba siempre repleta de clientes, y nos mudamos al área de Kwangsan-Gu, en Kwangju.
Muchas personas a mi alrededor pensaron que mi decisión de mudarme a un área más lejana del centro era un error. Pero gracias a la oración del Dr. Jaerock Lee y a la amorosa preocupación de la Iglesia Manmin de Kwangju del Este, con fe abrí una nueva peluquería y la llamé "Peluquería de Otoño Choi". El día de la apertura, un arcoíris circular apareció en el cielo. Mi corazón rebosó de gozo y gratitud al ver aquel arcoíris del pacto de Dios. A menudo recuerdo el arcoíris y administro la peluquería con gratitud.
Yo creo que la peluquería va a prosperar con la presencia de Dios, y que viviré una vida de fervor con fe. Apenas cierro la peluquería en las noches, me apresuro a la iglesia para asistir a la Reunión de Oración de Daniel, incluso aunque esté cerca de finalizar. Yo oré sinceramente y pedí a Dios que me permitiera mejorar la condición de mi trabajo, en el que podría vivir una mejor vida de creyente.
Cuando se han dado eventos especiales en la Iglesia Central Manmin en Seúl, yo he participado en ellos. Recibí la oración de parte del Dr. Jaerock Lee y di algunas ofrendas. Él oró por mí diciendo: "Permítele recibir sabiduría y entendimiento. Y que su habilidad mejore". Con su oración mi corazón se llenó de esperanza y de pleno gozo.
Cada mañana, al iniciar el día, yo recibo la "oración para comenzar el día". Me esfuerzo al máximo por aplicar en mi negocio la Palabra de Dios que he aprendido, y sirvo a mis clientes con bondad y amor. A menudo hablo de las Escrituras en las reuniones con los 12 miembros del personal, por lo que ellos dicen que soy como un pastor.
Siempre estoy atento a mantenerme humilde ante Dios, y me empeño por servir a mis clientes con sinceridad, no por falsa etiqueta. Aliento a mi personal a hacer lo mismo. A nuestros clientes les brindamos café y te gratuitamente mediante un expendedor automático instalado en la peluquería. Preparamos bonitas tazas desechables para dar la mejor atención a los clientes, y nos esforzamos por proporcionarles los mejores estilos. Ya que intentamos servirles midiendo sus corazones, podemos entender sus deseos tan sólo con sus expresiones faciales.
Así, he guardado el Día del Señor como un día santo, he dado mis diezmos completos, he orado sin cesar, y he practicado la Palabra de Dios que aprendí. En consecuencia, tenemos más clientes que cualquier otra peluquería; el número regular de clientes se ha incrementado, y los ingresos son dos o tres veces mayores que cuando tenía la peluquería en el centro de la ciudad. ¡Hemos hecho lo mejor por los clientes! Y de hecho, mi peluquería se apoda "la mejor peluquería con personal hermoso y amable, y con fragante café".
Doy todas las gracias y gloria a Dios quien me ha llevado a vivir una vida gozosa de fe y ha bendecido mi negocio.