Pastora Youngran Park y su esposo el Misionero Daehyun Kyung


Fui a los Estados Unidos con la idea de cumplir mi misión, sin embargo sentí sed espiritual y limitaciones

Nací y crecí en una familia adinerada, pero espiritualmente sufrí durante mi juventud, por lo que fui guiada a la iglesia y acepté al Señor. Entonces tuve un sueño en el que de mí salían muchos demonios que me habían atormentado, y fui sanada de todas mis dolencias.

Así fue como llegué a conocer al Dios vivo. Desde aquel momento me gustaba visitar casas de oración famosas y oraba fervientemente. Mientras tanto, por inspiración del Espíritu Santo, acariciaba la idea de convertirme en misionera.

En el año 1996, con la ayuda de mis padres, fui a los Estados Unidos a estudiar Teología. Terminé una Maestría en Teología Pastoral en la Unión Teológica de Egresados de Berkeley. En el 2008, fui ordenada como pastora en una iglesia interdenominacional y serví en la misma durante siete años.

La iglesia estaba en San Francisco, lugar en el que las batallas espirituales son tan feroces que hay, incluso, áreas para homosexuales y lesbianas. El pastor que ministraba en aquel momento había obtenido su Doctorado en Alemania; le gustaba la cerveza y cantaba canciones de pop en karaoke delante de la congregación.

Al pasar el tiempo mi sed spiritual aumentó. Sentí que no había un mentor espiritual en quien pudiera confiar y al que pudiera seguir. Comencé a escuchar predicaciones de pastores famosos en Internet para saciar mi sed.


Escuché los mensajes del Dr. Jaerock Lee en Internet y pude experimentar la obra maravillosa del Espíritu Santo

Mientras tanto, tuve la oportunidad de escuchar los mensajes del Dr. Jaerock Lee, que me conmovieron hasta las lágrimas y sentí la necesidad de arrepentirme; fue como un refrigerio espiritual, como si hubiera limpiado la suciedad que había en mí.

En el año 2013 comencé a escuchar estos mensajes con mi esposo, el misionero Daehyun Kyung y ambos fuimos movidos al arrepentimiento. Mi esposo dijo que él quería convertirse en discípulo del Dr. Lee.

Seis meses más tarde, mi esposo soñó que el Dr. Lee le enderezaba la corbata mientras le decía: «Debes estar bien vestido». Mi esposo estaba asombrado.

Unos días después, mientras caminábamos por la casa, descubrimos un arco iris en forma circular alrededor de la luna. Era una escena misteriosa que nunca antes habíamos visto. Entonces pensamos que Dios nos estaba dando una señal de que los sermones del Dr. Lee son ciertos.

En el 2014 vimos en Internet el video del Dr. Lee en la Cruzada Unida India 2002; habían más de tres millones de personas allí y se estaban manifestando las obras poderosas del Espíritu Santo, nos maravillamos de ver las cosas que estaban sucediendo en esos momentos.


Mis suegros, que iban a templos budistas, se convirtieron al cristianismo al escuchar el sermón titulado El Mensaje de la Cruz

Fuimos a visitar a mis suegros que vivían en el estado de Colorado, para hablarles de las obras maravillosas que estaba haciendo el Espíritu Santo que eran confirmación de la Palabra de Dios.

Mis suegros eran budistas, no obstante les mostramos la serie de sermones del Dr. Lee llamada El Mensaje de la Cruz y asistimos a los servicios con ellos. Durante esa predicación se obraron muchas sanidades divinas, como el caso de una mujer que tenía quemaduras. Mi suegra se conmovió y dijo: «¡Hay un pastor tan bueno en el mundo!»

Durante el quinto servicio que vimos con ellos, mi suegra nos contó un sueño que había tenido en el que caía fuego del cielo sobre una estatua de Buda que ella estaba adorando y ésta se rompía por la mitad.

Poco tiempo después, el templo al que ellos habían ido durante quince años fracasó y tuvo que ser trasladado a otro estado. Ellos finalmente quemaron las escrituras y rosario budistas y aceptaron al Señor. ¡Aleluya!


En nuestro año sabático, regresamos a Corea y comenzamos una nueva vida de santificación

Durante dos años escuchamos los sermones del Dr. Lee en los Estados Unidos. Nos percatamos de muchas cosas y las atesoramos en nuestros corazones. Una de esas cosas era que el Dr. Lee pasaba más tiempo en ayuno y oración, con lágrimas en sus ojos, que comiendo y durmiendo.

Entonces me pregunté cuánto amor había sentido yo por las almas y oré completamente arrepentida. Mientras oraba aumentó mi amor por Dios y por las almas y vino a mí claramente la esperanza de la Nueva Jerusalén.

Otra cosa de la cual me percaté es la dirección de la obra misionera. Debemos salir de los programas humanistas en la iglesia y en primer lugar, procurar la santidad. Es solo cuando esto suceda que podremos recibir el poder del Espíritu Santo y dar testimonio, de forma bíblica, acerca de Jesucristo.

Durante mucho tiempo he orado para dedicar el resto de mi vida a la obra misionera alrededor del mundo. Cada vez que oré de esa manera, el Espíritu Santo quebrantó mi corazón al darme a conocer que el Señor vendría pronto; hoy me doy cuenta de que la manera de lograrlo es a través de la santificación de mi corazón.

Finalmente, dispusimos en nuestros corazones ir a la Iglesia Central Manmin, en Corea, a donde nos trasladamos en febrero de este año. Hemos podido renovar nuestro espíritu a través de la lectura de la Palabra y también mediante la oración, y hemos tratado de llevar una vida de rectitud delante de Dios.

En la actualidad, muchas iglesias han perdido hasta la santidad, pero la Iglesia Central Manmin es la que posee los fundamentos bíblicos más sólidos y donde se perciben la santidad y el poder del Espíritu Santo de manera abundante. Mi esposo y yo, como misionero y pastora, nos sentimos llenos de gozo por el hecho de que hay un verdadero pastor a quien queremos parecernos y a quien queremos seguir. Damos a Dios toda la gloria y le agradecemos por habernos guiado en su gran amor.

{ El Mensaje de la Cruz }