«Desde que fui liberada de la adicción a los videojuegos, estoy viviendo con una sensación de verdadero valor de la vida»
Hermana Yoko Hayashi, 24 años de edad, Iglesia Manmin de Tabata, Tokio (Japón)
Hermana Yoko Hayashi, estudiando idiomas para difundir el Evangelio de la Santidad a muchas almas que están viviendo en tinieblas como ella solía estar
En el año 2008 escuché acerca del Pastor Principal, el Dr. Jaerock Lee, de parte de mi madre y asistí a una iglesia cercana. Sin embargo, a mí me gustaban los placeres mundanos y disfrutaba de jugar juegos electrónicos en la computadora y navegar por la Internet. Me sentía complacida con el hecho de pensar que podía ser salva y entrar al paraíso. Por lo tanto, me sentía desganada en llevar una vida de creyente.
Yo seguía exponiéndome a imágenes y videos violentos o sensuales. Con frecuencia ingería alcohol. Fui afectada por materiales mentales no saludables y animaciones en la Internet, por lo que mi actitud era inestable y negativa. Yo sabía que no podía continuar de esta manera, pero no conocía de nada que podría hacer al respecto.
Cuando era más joven, yo jamás abrí mi corazón a mis padres y solo tenía unos pocos amigos. Mientras tanto, mi limité a un criterio negativo de mí misma, y era una persona hostil hacia las demás personas. Era una persona insensible. Yo creía que los juegos en línea eran mi único refugio. Me sentía demasiada ansiosa en mantener la calma pensando que no tendría ningún lugar para estar sin los juegos.
En el mes de marzo de 2011, un gran terremoto con una magnitud de 9,0 se produjo frente a las costas de la región de Tohoku (Japón), en el Océano Pacífico noroccidental. Esto causó la muerte de muchas personas. Escuché y vi el incidente a través de artículos y programas de noticias en la televisión y la Internet. Me encontraba tan impresionada que no pude dormir por varios días.
Yo pensé: «Las vidas de tantas personas terminaron en un instante. En realidad la vida es vana». Pensé en donde la gente se encontraba ahora, y luego comencé a sollozar y llorar porque sabía acerca del Cielo y el Infierno, y el Evangelio de la Santidad y yo no había anunciado las buenas nuevas a la gente.
Entonces, mientras dormía tuve un sueño. El Pastor Principal apareció en mi sueño. Estaba sentado y mirando el monitor de la computadora y luego se acercó a donde yo estaba acostada. Él me acarició el pelo y dijo: «Todavía es temprano. Puedes descansar un poco más».
En el sueño, sentí ese corazón cálido y amable y estaba muy feliz. Finalmente tomé la decisión de no seguir viviendo de la manera que lo estaba haciendo. Eliminé los juegos y las animaciones en mi computadora. Intenté orar por lo menos un minuto cada día y leer un capítulo de la Biblia al día. Durante el servicio de adoración escuchaba con mucha atención los sermones, tomaba notas y luego oraba acerca de ello.
En marzo de 2013, comencé a asistir a la Iglesia Manmin de Tabata en Tokio. Comencé a llevar una vida cristiana feliz con la ayuda del Pastor Kyungtae Chung y los miembros de la iglesia. Esperaba el Día del Señor incluso durante los días de la semana. Oré en la Reunión de oración de Daniel cada noche y llegué a estar llena del Espíritu Santo.
También recibí la esperanza de lograr la obra misionera con el pastor, por ello me encuentro estudiando lingüística en la escuela de posgrado. Además estoy estudiando los idiomas chino, inglés y coreano. He leído casi todos los libros del Pastor Principal en japonés y chino porque tengo un gran deseo por sus mensajes espirituales. Soy líder del Equipo Alabanza Reluciente y administradora de la Misión de Jóvenes Adultos. También estoy encargada de publicar las hojas informativas de nuestra misión. Me siento muy agradecida.
Le doy todas las gracias y gloria a Dios y al Señor quien me ha permitido darme cuenta del verdadero valor de la vida y vivir con esperanza por la Nueva Jerusalén.
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